- Jake, más te vale que te estés tranquilo en su presencia, no queremos que todo el colegio se entere de lo que paso – le dije a mi novio, cuando diez minutos antes de que tocara el timbre del instituto nosotros caminábamos a una cuadra de distancia.
- Esta bien no haré nada – dije rindió él. Yo no iba a dejar que el permitiera que nuestro secreto, fue el tema de los cotilleos diarios que se oyen en un colegio como el nuestro y me parece que como en todos.
Cuando entramos en la clase, no pude evitar mirar a Max y Jade, uno en cada lado del salón, a Max no parecía molestarle nada esta tranquilo como todos los días del año, estaba igual. En cambio Jade parecía nerviosa y aislada de la clase. Ella se sentaba en el último banco de la fila que estaba cerca de la ventana, su mirada estaba más allá de los límites del campus del instituto, miraba mucho más allá de lo que un humano podía llegar, ya que ella miraba sin ver.
Sentía mucha pena por ella, no me gustaba como se sentía, me hacía sentir mal a mí, me apenaba por ella y comenzaba a sentir odio por Max. Como había sido capaz de hacerle eso. Estaba considerando la posibilidad de no escuchar mi propia sugerencia hacia Jake de no armar un lío e ir yo misma por mi cuenta y propinarle una buena golpiza a Max por lo que hizo.
No podía hacer nada. Cunado Jade nos logró contar lo que había sucedido en esa parte nos pidió, con lágrima en los ojos, que por favor no digamos nada, porque ella tenía miedo. Estaba aterrada de lo que podía suceder de ahora en adelante. Y yo también lo estaba, sentía miedo por lo que pasaría si ella cruzaba mirada con Max o algo parecido, o si por alguna casualidad se nos escapaba algo del tema en frente de él. No sabíamos cómo iba a reaccionar él. Siempre lo había considerado un chico bueno, pero de esos que mejor no hacer enojar porque no te gustaría verlo así en ninguna ocasión.
Volví a la realidad de mis pensamientos cuando Jake tiro de mi para que nos fuéramos a sentar en las filas del medio en un banco juntos como en todas las clases que compartíamos. No me había dado cuenta de que mi mirada se había quedado posada sobre él, que ahora me miraba de reojo, como si se hubiese dado cuenta de que yo algo sabía. Intente ocultar eso con una sonrisa en forma de saludo. Como siempre que lo veía. Me respondió indiferente y giro la vista hacía el pizarrón blanco que colgaba en la pared del frente del aula.
La clase paso lenta, demasiado para mi gusto. Cuando toco el timbre, me alegre de que el profesor de historia no nos haya mandado a hacer deberes, porque la verdad era que no me gustaba esa materia y no estaba de ánimos para hacerla. Me levante de mi lugar, guardando todo en mi bolso y miré a Jake, este me observaba a mí, ya que ya había guardado sus cosas cinco minutos antes de que la clase terminara.
- Espérame – le di mi bolso para que me lo sostuviera. Me acerqué hasta Jade que tenía la cabeza sobre la mesa y sus brazos rodeándola, parecía dormida, pero no lo estaba, seguí mirando la ventana sin mirar. Me quedé parada a su lado decidiendo si hablarle o no - ¿Jade? – la llamé esperando contestara o al menos se limitara a decirme que me marche, por ahí tenía la intención de estar sola.
Giró la cabeza lentamente hasta que quedo para mi lado y levanto la vista hacía mí, cuando vio que no era ninguna otra persona me saludó.
- Hola – estaba sin ánimos, me daba mucha pena.
- ¿Cómo estás? – esa era una pregunta realmente estúpida pero la única que se me ocurría.
- Como me ves – respondió girando los ojos. Eché una mirada a la clase. En la puerta encontré a Max con Tom, otro de los chicos de la clase. Este miraba en nuestra dirección como si esperara que algo sucediera. Supuse que ya se había dado cuenta de que yo estaba al tanto de todo, pero fingí actuar como era todos los demás días.
- ¿Quieres venir con nosotros? – le pregunte en un intentando de animarla un poco, no me gustaba verla así.
- No, gracias –se negó a mi invitación y volvió la mirada a la ventana.
Me volví a mi escritorio donde Jake me miraba entendiendo todo, él también sentía pena por Jade, aunque no tenía mucha relación con la chica, ella no era mala y nos caía bien a los cuatro.
- Me siento mal, quiero hacer algo por ella, pero no sé qué, es que cuando lo miro me da miedo ahora – comenté refiriéndome a Max sin mirar para la puerta donde el chico seguía parado puesto que no quería que sospechara de que sabíamos algo sobre lo que él hizo.
- Vamos – dijo levantándose de la mesa y se colgó mi bolso en su hombro para llevármelo – no dejare que les haga daño, algo haremos – me tomó de la mano y beso mi mejilla antes de salir del aula para ir donde la cafetería.
Etiquetas: Buscando cariño, Capítulo XI, novela
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