0 Comentarios - entrada de Viqqi.- Publicada el jueves, 19 de diciembre de 2013
{AMOR&AMISTAD} Capítulo veinticuatro – Nuestras familias.

- Estas hermosa – me apremió Nicholas besándome cuándo le abrí la puerta de casa.

Llevaba puesto un vestido negro, con tela de seda, bastante corito. Terminaba en volados por arriba de las rodillas y era ajustado lo que marcaba mi cintura. Era straples y tenía unos brillitos en la parte de arriba. Llevaba mi pelo castaño y largo planchado. Mi flequillo recogido en un pequeño jopo.
Me tomó por la cintura con una mano y con a otra me acarició la mejilla.

- Tu también estas lindo – sonreí mirándolo tenía unos jeans tipo chupín negros, una remera blanca y una camisa a cuadros con tono azules - ¿Vamos?
- Claro – tomo mi abrigo y cartera mientras yo cerraba la puerta de la calle. Fuimos en su auto a un restaurante bastante costoso en la ciudad.

- Esto es muy caro – me ayudo a salir del auto.
- Y por eso te traje acá porque lo mereces – me sonrió y entramos al lugar.
- Hola Nick – saludó el mozo que nos atendió.
- ¿Cómo estas Luca? – saludo Nicholas.
- Bien, ¿La mesa de la ventana?
- Si, esa misma.

Cruzamos el restaurante a la vez que Nicholas saludaba a los empleados. De seguro iba siempre a ese lugar con Destinity que ya todos lo conocían. Pensé que ese sería el motivo.

- Char – dijo y corrió mi silla para que me sentara. Me acomodé en el lugar y lo miré.
- ¿Qué ha sido todo eso? – pregunte.
- Disculpa es que no te lo dije, acá es donde trabajo.
- Vaya, si que tienes un trabajo bueno – inquirí sorprendida.
- Si, el papá de Jack es muy bueno conmigo – comentó y me dio el menú.
- Elije lo que quieras yo invitó – al ver el menú y los precios caros imagine los platos que tendría que lavar el después de la cena.
- Es muy caro - me quejé - ¿Cómo lo pagarás?
- Me ofendes ¿Cuánto crees que gano?
- No lo sé pero aún me sigue pareciendo demasiado.
- No te hagas problema por eso.
- Esta bien.

Elegí uno de los platos del menú, no el más caro pero si valía bastante. Pidió lo mismo que yo y también bebida quería que tomáramos vino pero yo no tomo así que bebimos gaseosa.

- Parece un hermoso lugar este – comenté cuando agarré un panecillo.
- Si es genial.
- ¿Jack es muy amigo tuyo? – le pregunte, quería saber cuanto pudiera de él.
- Si desde siempre – contestó al mismo tiempo que Luca nos traía el pedido.
- Gracias – dije yo y comencé a comer.
- ¿Quieres ir a la playa?
- ¿Hoy? – cuestioné llevando un bocado a mis labios.
- Si claro solo esta a una hora de aquí – respondió.
- Seguro, me gustaría total es viernes.
- ¿No le molestará a tu madre?
- No ella no tendrá problemas y Kristen estará a fuera – comenté sin pronunciar su nombre.
- Entonces en cuanto terminemos acá nos vamos para la playa – dijo sonriendo ampliamente.

Reí bobamente al mirarlo sonreír me gustaba mucho su sonrisa. Cada vez que lo hacía sus labios se doblaban provocando que se formaran arrugas en sus costados y la sonrisa llegaba a los ojos. Era hermoso cuando lo hacía.
Charlamos durante toda la noche, me contó sobre su antigua escuela, lo que había estudiado y muchas cosas más sobre su vida evitando hablar de sus padres y su hermanita, me daba cuenta que eso lo ponía muy triste y que el evitaba el tema a toda costa. Imaginaba como se debería estar sintiendo.

A mi me había ocurrido lo mismo, con mi padre. Lo único que el no esta muerto, pero así parecía. Cuando yo cumplí los doce años el tenía un viaje de negocios por lo que no quiso asistir a mi fiesta de cumpleaños como lo había hecho en las últimas cinco, nunca estaba para esa ocasión y siempre había una excusa que yo me creía y pensaba no importa regresara con un obsequio enorme para mi y eso era cierto volvía con muchas bolsas y cosas para regalarme.

Pero al cumplir los doce años, ya no me creí sus historias de que por trabajo se iba porque cada una o dos semanas desaparecía por meses y nunca volvía para las festividades ya sea de mi cumpleaños u otra cosa. Así que ese año lo enfrenté, mi madre se puso de mi lado, ya que para sus cumpleaños ocurría lo mismo. Le exigimos que nos contara la verdad de porque cada unos pocos días se marchaba y no regresaba no quiso decirnos nada. Es el día de hoy que sigo sin saber el motivo. Ese día fue cuando se marcho, armo sus bolsos se fue y nunca más volvió.

Con mi madre lo superamos, paso el tiempo y lo olvidamos, eso era lo que hacíamos cuando el se iba olvidar que no estaba y así regresaba más rápido, el tiempo se escurría, y no importaba cuando había pasado para nosotras solo eran un par de días, siempre le perdonamos todo, pero ahora no teníamos a quien perdonar, ya que se había ido para siempre.

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