0 Comentarios - entrada de Viqqi.- Publicada el domingo, 29 de diciembre de 2013
Nuestra esquina

Mi bicicleta había quedado apoyada junto a un farol, en aquella esquina. Siempre quedaba en el mismo lugar, todas las tardes desde la primera nevada del invierno, iba en ella hasta nuestra esquina y la dejaba allí mientras yo disfrutaba de la inspiración que la nieve me proporcionaba en ese sitio. Pasé toda la tarde apoyada contra un árbol, cerca de la esquina, escribiendo frases sueltas, puesto que había algo que me molestaba, no sabía si sería el aire, la nieve que no me daba la misma sensación que el día anterior o alguna otra cosa, pero algo hacía que sienta un estremecimiento en mi cuerpo y no me permitía escribir algo coherente.
Cuando el sol comenzó a descender por el horizonte supe que era tiempo de regresar, ya que nada pasaría y que mi extraña sensación solo era eso, algo extraño, algo momentáneo. Me levanté y guardé todo en mi bolso, después sacudí mi campera para quitar los restos de nieve húmeda y volví a la esquina.
En ella me encontré con que mis sensaciones si tenían un porque, miré a mi alredor buscando algo más que me indicara tu presencia. Pero solo me encontré con tu bicicleta junto a la mía.
Una lágrima corrió por mi mejilla, mientras sin animarme a seguir caminado para llegar junto a ella recorría con la mirada la escena. No entendía lo que sucedía. Era imposible que estuvieras ahí. Si yo misma sabía que ya no estabas, ni para mí ni para nadie, te habías ido para no regresar. Era algo que ya había aceptado y podía vivir con ello, pero ahora todo podría cambiar, tu bicicleta junto a la mía en nuestra esquina, sabía que estabas conmigo, me querías decir que lo que había aceptado por las fuerzas era una mentira, porque en realidad nunca te habías marchado.
Y el que regreses para demostrarlo era una señal. Limpié con mi manga las lágrimas que caían por mi mejilla, y me animé a adelantarme hasta posar mi mano sobre el asiento de tu bicicleta como si temiera que de un minuto al otro desapareciera como arte de magia. Pero no se fue. Me acomodé junto al farol sin quitar la vista de la bicicleta que seguía intacta desde aquella noche, la noche en la que te perdí. Por un simple giro del destino, te perdí. Pero ahora sabía que aunque no estés conmigo tu corazón seguiría a mi lado para siempre sin importar cuantas nevadas pasen, siempre estarías para mí en cualquier lado, y sabía que esta esquina sería para el mejor recuerdo de la primera vez que te vi.

#Un libro abiertoo. . .     Viqqi@

Etiquetas:

Publicar un comentario










<< LastWrittenWords >> All Rights Reserved © [2011-2017] || Code & design by Paranoiddesigns
Copyright © · All Rights Reserved ·