- ¡Char… lie! – mi amiga estaba entrando a mi habitación, cuando se detuve completamente al vernos.
Jerry estaba abajo mío y yo sobre él, besándonos. La escena no era muy comprometedora pero al no ser mi novio el chico que estaba ahí si lo era.
Jerry tenía la mano en donde la espalda pierde su nombre y lo jugaba con su pelo. Me detuve al ver a mi amiga, la cual salio rápidamente y cerro la puerta tras ella.
- No, Nicholas, no esta acá! – gritó bastante alto y comprendí porque había salido y cerrado la puerta ¡Estaba Nicholas abajo!
- ¡Movete! – le grité a Jerry y me solté de sus brazos, me levante rápidamente y acomodé mi ropa, salí de mi habitación dejando a Jerry ahí y corrí escaleras abajo – lo siento estaba en la habitación de mi madre – dije totalmente nerviosa.
- Ah – dijo Kristen.
- Hola amor – saludo Nicholas y camino hacía a mí.
- Hola otra vez – lo saludé con un beso – has estado comiendo chicle de menta ¿no? – pregunto bromeando.
- Si - mentí, ya que yo no era la del sabor a menta, sino Jerry.
- ¿Qué hacías por acá? – pregunte mirando a mi amiga, para que se le ocurriera algo.
- Me la crucé cuando ella venía – dijo él mirando a mi amiga también.
- Si, es que Kimi estaba con trabajos también – respondió rápidamente ella.
- Me imagino – dije ya que yo también tenía muchos, pero ese día no había terminado ninguno - ¿Quieres salir? – pregunte a Nicholas.
- Si, ¿pero tus trabajos?
- Los terminare luego. Vamos a la plaza por un rato aunque sea.
- Bueno, espero afuera.
Me acerqué a Kristen para susurrarle sin que Nicholas escuche, no quería tener problemas y tenía que hacer que Jerry saliera de casa.
- Sácalo de aquí y dile que lo llamo luego – salí de mi casa, camine hasta Nicholas y tomé su mano suave – vamos.
- Vamos allí – tiró de mi para ir junto unos árboles que daban sombra en la plaza. Se recostó junto al árbol, llevándome con él.
Lo seguí sin decir nada. Me sentía de lo peor, lo estaba engañando y con mi mejor amigo. Debía terminar con él cuanto antes pero como hacerlo si era tan lindo.
Me recosté contra su pecho, entrelacé nuestros dedos y cerré los ojos. Me gustaba estar con él así. Es genial. Muy placentero, pero no se puede vivir la vida engañando a la gente.
Ese día no le diría nada, iba a esperar unos días. Ahora me sentía bien entre sus brazos.
- ¿Estas cansada, no? – acarició mi cintura.
- Un poco, nada más – en verdad tenía mucho sueño.
- Descansa – tarareó una canción que hizo que me adormilara.
Paso un rato y yo seguía media dormida allí junto a su pecho.
- ¿Estas durmiendo? – pregunto acariciando mi mejilla.
- No respondí, abrí un ojo y lo miré-
- ¿Quieres volver?
- Como quieras.
- Si mejor regresas que mañana tienes instituto.
Me levanté como pude ya que estaba casi dormida. Él me ayudo a llegar a mi casa, subí a mi habitación y él se quedo charlando con Kristen. Quería dormir un rato antes de seguir con la tarea, para el día siguiente. Y en ese momento no tenía ganas de conversar, no quería decir más mentiras.
Etiquetas: AmorAmistad, novela
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