0 Comentarios - entrada de Viqqi.- Publicada el viernes, 13 de febrero de 2015
Buscando Cariño // Capítulo II - Una noche tranquila para los dos.

- Ya estamos a salvo – dijo luego de cerrar la puerta de mi casa y dejarse caer junto a ella llevándome con él.
- Si – dije totalmente agitada mientras me apoyaba en su pecho para descansar.
- Genial – dijo antes de voltearme sobre él.

Me sujetó dejando sus manos en mi cintura mientras se acercaba lentamente para besarme, no directamente en los labios comenzó con un camino desde detrás de mi oreja hasta llegar a mis labios, sonreí mientras le respondía con fervor. Podríamos pasar toda una noche juntos sin mis padres, mi abuela, ni un patrullero que nos persiga.

Enredé mis dedos en su cabello color miel y jugué con él tirando cada tanto, divertida. Lo besaba casi como si el mundo se fuera a acabar. De un momento a otro estaba ubicada a un hupa de él, que caminaba como podía hasta mi habitación la cual estaba en el segundo piso al final del pasillo. Entró en mi habitación empujando la puerta y cerrándola con el pie de una patada.

Me dejo caer con delicadeza en mi cama, se acostó arriba mío mientras seguía con los besos, que cada vez estaban más subidos de tono.

- A veces pienso que es genial que tus papás salgan cada tanto de viaje y te dejen sola – dijo él mientras me sacaba la remera y se quedaba mirándome como lo hacía siempre solo que parecía que me devoraba con la mirada.

Desperté con la cabeza sobre su pecho, al sentir que la luz que salía de mi ventana la cual tenía a unos pocos metros me daba en la cara, me quejé al notarlo. Sin despertarlo me levante y fui a la ventana intentando no tropezarme con a ropa que había en el suelo y la cerré con fuerza para que no entrara nada de luz. Volví a su lado y me escondí bajo las frazadas y me acurruqué a su lado volviendo a cerrar los ojos mientras acariciaba su pecho, dibujando formas con mi dedo.

Sentí que movió su mano trazando una camino desde lo bajo de mi espalda hasta mi brazo, lo que me hizo estremecerme y sonreír.

- Bueno días, amor – lo saludé abriendo solo un ojo y estirándome para darle un pequeño beso en los labios.
- Que linda forma de despertarse – dijo el sonriendo mientras jugaba con su mano sobre mi piel dibujando formas.
- ¿Qué no tienes que ir a trabajar tu? – pregunte arruinando el momento.
- Sabes que los sábados no trabajo – me respondió. Era verdad sabía que él no trabajaba los sábados.
- ¿Tus padres cuándo regresan?- consultó mientras se revolvían en la cama sin soltarme en ningún momento.
- Creo que dentro de donde semanas, se fueron el miércoles, solo han pasado cuatro días, ellos suelen estar afuera dos o tres semanas como mínimo – expliqué.
- Que bien ¿y tu abuela no vendrá en lo que resta de su viaje?
- No, esta en Brooklyn con mi tía Emma
- Mejor, ¿no hay problema en que me quede contigo entonces?
- Ninguno, amor.

Tomó mi rostro entre sus manos y me arrastro suave hasta llegar junto a sus labios y me beso, como lo hacía siente, de la forma que ami me gustaba. Luego como comenzó se separo y me observó yo hice lo mismo, era uno de mis mejores sueños, sumirme en la pureza de sus ojos disfrutando de ellos.

- Me daré una ducha ¿Vienes? – me ofreció mientras se levantaba de la cama, estaba sin ropa alguna, por lo que me sonrojé al verlo – eres hermosa – dijo al mirarme.
- No, me quedo – dije cerrando los ojos y escondiéndome bajo las sabanas.
- Tu te lo pierdes – dije y camino al baño juntando su ropa cuando pasaba.

En cuanto oí que cerró la puerta me levante lo más rápido que pude y sin hacer ruido alguno para ir a la cocina, había dejado su camisa tirada justo al lado de la puerta, la tome y me la puse. Bajé las escaleras de dos en dos para apurarme y llegar pronto. Conecté la cafetera y la prendí, al mismo tiempo que puse dos tostadas en la tostadora. Exprimí varias naranjas hasta llenar dos vasos, los dejé sobre una bandeja mientras sacaba las demás cosas de la heladera y las ponía también en la bandeja. Cuando saltaron las tostadas las puse apurada sobre un plato ya que quemaban y puse en la tostadora dos más. Corte una porción de la torta que había sobrado del día anterior que Macy, la sirvienta, había hecho ese día antes de irse. Cuando el café ya estaba lo serví en dos tazas bastantes grandes ya que a ambos nos gustaba tomar mucho. Saqué las otras dos tostadas y las puse en el plato. Me arregle el cabello y la camisa que era lo único que llevaba puesto y volví a mi habitación.

Él todavía seguía en la ducha, algunas veces ayudaba que el fuera un maniático por estar siempre limpio, por ejemplo ahora, porque podía preparar todo y darle una sorpresa, deje la bandeja sobre mi escritorio y arregle las sabanas ya que en nuestro acto de demostración del amor que nos teníamos la cama había quedado dada vuelta. Cuando termine de ordenar la cama comencé a limpiar mi habitación que aunque era bastante grande el desorden se notaba igual, cuando sentí que cerró la ducha tome la bandeja y la apoyé cuidadosamente sobre la cama y me escondí entre las sabanas a su espera.

Pasados unos minutos escuche que la puerta del baño se abría y al segundo como la cama se movía bajo mío, comencé a retorcerme de cosquillas en cuando el estuvo bajo las sabanas para molestarme con las cosquillas que tanto odiaba.

- Jake, no, por favor – suplicaba mientras me movía entre sus manos – ¡cuidado! – grité en cuanto sentí que mis pies tocaban la punta de la bandeja, la cama era grande, por lo que el desayuno no terminaría en el piso pero si yo me seguía retorciendo terminaría desparramado bajo nuestro, frenó en cuanto le grité.
- Lo siento – se disculpó poniendo su mejor carita, que me derretían hasta que cedía en todo.
- No importa – dije sonriendo y me senté en la cama, él se acomodo a mi lado y atrajo la bandeja junto a nosotros para desayunar.

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