- ¿Estas seguro que nos conviene salir? – le pregunte mientras me acomodaba la falda color blanca con capas, y buscaba una blusa para combinar.
- Si nadie nos va a reconocer, era de noche – dije mientras se miraba en el espejo y se peinaba.
- ¿Esta o esta? – le consulté mostrándole una remera celeste con unas letras y otra negra con una imagen de los ochenta.
- Esa – señalo la de los ochenta – sabes que me fascina esa época.
- ¿ero no más que yo verdad? – pregunte acercándome a él sensual con la remera en la mano.
- Tienes razón – dije y me tomo por la cintura y me beso fuertemente.
- No Jake – le contradije conteniéndome – tenemos que irnos, no quiero terminar en la cama otra vez – dije aunque lo besaba como él a mi pero cada tanto lo intentaba separar.
- Es verdad, Luca y Ashley nos esperan en la plaza con el auto – dije mientras tomaba el bolso de la cama y caminaba a la puerta de mi habitación – ¿Ya estas?
- Espérame abajo – dije y le lancé un beso antes de entrar al baño otra vez.
Me paré frente a la espejo y miré mi cabello rubio todo alborotado y húmedo, era ducha rápida lo había dejado así, tome la secadora de pelo y mientras lo peinaba lo secaba, cuando me pareció que estaba presentable lo acomode dejando las ondas que solas se formaba caer sobre mi espalda. Me pinté los ojos con delineador que era lo único que usaba y puse brillo en mis labios. Tomé mi cartera negra y me puse mis zapatos negros que tenían un poco de taco, corrí a la puerta pero antes de salir agarré mi teléfono y mi cámara.
- Vale la pena que tardes en arreglarte – dijo él mientras me miraba bajar las escaleras medio embobado.
- Tu no tardas nada e igual estas hermoso – me acerqué y le di un beso en la mejilla dejándole la marca – vamos.
Abrí la puerta y salimos, cerré con llave y las guarde junto con mi móvil y mi cámara en mi cartera. Jake me tomo de la mano y comenzamos a caminar en dirección a la plaza que solo quedaba dos cuadras de mi casa.
- Luego no las encontraras – se quejó él, refiriéndose a las llaves.
- Tú las buscaras – dije sin importancia alguna.
En cuanto me vio, Ash corrió a mí y me abrazó, lo mismo hice yo.
- ¡Que suerte que estas viva! – dijo sin soltarme.
- ¡Que dramática! – dije riendo – solo fue una fiesta.
- Pero vino la policía y me asuste al no verlos.
- Es que nos fuimos en cuanto sentimos el ruido, ¿a ustedes no les paso nada verdad? – pregunte algo preocupada.
- ¡Que dramática! – me imitó riendo.
- Estamos perfectos – me informó Luca sonriendo y señalo la mejilla de mi novio donde yo le había marcado con un beso – veo que ustedes también. ¿Qué hicieron después de correr? – pregunte guiñándonos un ojos a mi y a Jake.
- Eso no te incumbe – respondió Jake, limpiándose automáticamente el beso – acaso yo te pregunte que hiciste con Ash después de escaparte como prófugo de la fiesta.
- Eso es secreto nuestro – dijo ella sonrojándose.
- Como lo mío con Jake – aclaré yo también poniéndome como un tomate.
- Para ustedes es imposible ocultar algo ¿no? – pregunto Luca acariciando la mejilla colorada de mi amiga.
- No – admitimos a la vez – ¿vamos? – pregunte, buscando con la mirada el auto de Lucas un BMW negro que estaba estacionado en la calle cerca de donde estábamos parados.
Subimos con Ashley atrás, a ninguna de las dos nos gustaba ir en el asiento delantero del auto. Pero los chicos amaban eso, así que nunca nos peleábamos. Bajé la ventanilla del auto por completo, dejando que el aire de la carretera me pegara en la cara, odiaba viajar en autos cerrados ya que me descomponía fácilmente y era algo desagradable de ver.
- ¿A dónde? - pregunto Luca a su novia cuando ya estábamos sobre la ruta.
- Seguí hasta que se corte y dobla a la derecha, después hasta que termine el camino – explicó ella como si supiera el camino de memoria.
- ¿Tenemos todo? – pregunte mientras buscaba mi cámara en mi bolso, Jake tenía razón era imposible encontrar cosas ahí.
- Si, Luca se encargo de todo – dijo Ash orgullosa de su novio.
Cuando encontré la cámara la saqué y comencé a tomar fotos de todos nosotros. A Jake le divertía que haga eso no era como los otros chicos que se quejaban cada vez que uno les tomaba fotos, ponía caras graciosas cuando enfocaba la cámara hacía él. Ash si se quejaba por las fotos, decía que no estaba para un día de fotografías y Luca no pronunciaba palabra estaba muy concentrado en su manejo.
- ¿Cuánto falta? – pregunto Jake después de que pasara una hora.
- Hemos llegado – respondió Luca estacionando el auto bajo un árbol, dejándonos a unos pasos de un hermoso río. Allí nos podíamos bajar toda la tarde y nadie nos molestaría. El agua era cristalina, se podían ver los peces pasando. El lugar era tranquilo, todo era verde y hermoso.
Etiquetas: Buscando cariño, capítulo III, novela
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